"Los Justos", de Albert Camus
Acto Primero
En el piso de los terroristas. Por la mañana.
Se levanta el telón en silencio. Dora y Annenkov en escena, inmóviles. Se oye una vez el timbre de la entrada. Annenkov hace un gesto para detener a Dora que parece querer decir algo. El timbre suena dos veces seguidas.
- Annenkov: Es él.
(Sale. Dora aguarda, sin moverse. Annenkov vuelve con Stepan, a quien agarra por los hombros.)
- Annenkov: ¡Es él! Aquí está Stepan.
- Dora (se acerca a Stepan y le da la mano): ¡Qué alegría, Stepan!
- Stepan: Hola, Dora.
- Dora (le mira): Tres años ya.
- Stepan: Sí, tres años. El día que me detuvieron, iba a reunirme con vosotros.
- Dora: Te esperábamos. Pasaba el tiempo y cada vez se me encogía más el corazón. No nos atrevíamos ni a mirarnos.
- Annenkov: Tuvimos que cambiar de piso otra vez.
- Stepan: Lo sé.
- Dora: ¿Y allá, Stepan?
- Stepan: ¿Allá?
- Dora: ¿En la cárcel?
- Stepan: La gente se evade.
- Annenkov: Sí. Nos alegramos al enterarnos de que habías podido llegar a Suiza.
- Stepan: Suiza es otra cárcel, Boria.
- Annenkov: ¿Qué dices? Allá son libres, al menos.
- Stepan: La libertad es una cárcel mientras haya un solo hombre esclavizado en la tierra. Yo era libre y no dejaba de pensar en Rusia y sus esclavos.
(Silencio.)
- Annenkov: Me alegro mucho, Stepan, de que el partido te haya mandado aquí.
- Stepan: Era necesario. Me ahogaba. Actuar, actuar por fin... (Mira a Annenkov.) Lo mataremos, ¿verdad?
- Annenkov: Estoy seguro.
- Stepan: Mataremos a ese verdugo. Tú eres el jefe, Boria, y te obedeceré.
- Annenkov: No necesito tu promesa, Stepan. Somos todos hermanos.
- Stepan: Hace falta disciplina. Lo he comprendido en la cárcel. El partido socialista revolucionario necesita disciplina. Disciplinados mataremos al gran duque y destruiremos la tiranía.
- Dora (acercándose a él): Siéntate, Stepan, debes de estar cansado después de ese largo viaje.
- Stepan: Yo nunca me canso.
(Silencio. Dora se sienta.)
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