Las 50 Mejores Películas de la Década: 21-30

21. Gran Torino
Director: Clint Eastwood
Reparto: Clint Eastwood, Christopher Carley, Bee Vang, Ahney Her, John Carroll Lynch, Cory Hardrict, Brian Haley, Geraldine Hughes, Dreama Walker, Brian Howe, Doua Moua, Sarah Neubauer, Chee Thao
País: Estados Unidos
Año: 2008

por Luciano Monteagudo

Hacía ya cuatro años que Clint Eastwood no aparecía en cámara y su regreso no tanto como director –porque ha estado más activo que nunca– sino como protagonista de Gran Torino debe ser entendido como lo que es: como una declaración íntima sobre su cine y su figura, una suerte de testamento en el que pone una fuerte carga de emoción personal, al mismo tiempo que se permite jugar no sólo con sus propios prejuicios y contradicciones políticas sino también con los del espectador, que todavía sigue identificando a Eastwood con aquel detective de gatillo fácil que fue Harry el Sucio.

Obra engañosamente simple, el sobrio clasicismo formal y la absoluta transparencia narrativa de Gran Torino no deberían ocultar los distintos niveles de lectura de un film que habla a la vez de persona y personaje y que trabaja sobre el imaginario colectivo que el propio actor y director fue forjando a lo largo de casi cuatro décadas, en un cuerpo de obra de un temperamento y una solidez únicos en el panorama del cine estadounidense contemporáneo.

El núcleo argumental no podría ser más llano. Walter Kowalski (Eastwood) es un viejo solitario y gruñón, al que le huye incluso su propia familia (de una mediocridad, por otra parte, que la película se ocupa de desnudar en apenas un par de planos). Walt acaba de enviudar, pero se resiste a abandonar la típica casa del suburbio en la que transcurrió toda su vida. Veterano condecorado de la guerra de Corea y orgulloso de haber servido en la planta de montaje de Ford, Kowalski no es precisamente uno de esos jubilados que ven pasar el final de sus días en un geriátrico de Miami. El elige, en cambio, sentarse a tomar cerveza en el porche de su casa, bajo la sombra de las barras y estrellas de la bandera estadounidense que ondea sobre su cabeza, mientras maldice a todo lo que lo rodea, particularmente a los inmigrantes –la mayoría orientales– que han hecho de ese suburbio de Detroit una suerte de última frontera, en la visión racista y xenófoba de Kowalski.

Pero una serie de incidentes –primero banales, luego cada vez más graves y violentos– relacionados con sus vecinos directos, una familia del sudeste asiático de origen hmong irá paulatinamente poniendo en crisis ciertas certezas de Kowalski. Por la naturaleza misma del film, que no especula con el suspenso pero que, sin embargo, va develando sus estratos poco a poco, no conviene avanzar demasiado en la revelación del argumento. Baste con decir que, en una compleja simbiosis, Kowalski se convertirá –sin proponérselo– en la figura paterna ausente en la familia hmong, al mismo tiempo que será inadvertidamente adoptado por los habitantes de un barrio a los que él consideraba lisa y llanamente sus enemigos.

No hay nada de blando o sentimental, sin embargo, en Gran Torino. El cine de Eastwood nunca lo fue y su nueva película tampoco lo es. Sus escenas son cortas, eficaces, punzantes. El lenguaje es crudo, el tono es seco y en su totalidad da la impresión de que la película es tan ajustada que no le falta ni le sobra un solo plano. Hay bastante humor incluso en el primer tercio del film, cuando Eastwood se filma a sí mismo sin ninguna condescendencia, riéndose no tanto de los males propios de su edad (Clint está por cumplir 79) sino más bien de su pregonado malhumor y misantropía. Pero progresivamente el film va sumando capas a esa superficie, hasta darle a Gran Torino una dimensión y una nobleza que sólo puede encontrar un equivalente en el último cine del maestro John Ford.

La relación de Kowalski con el párroco local es eminentemente fordiana: mientras le hable apenas como un cura que lo quiere sumar a su rebaño, Walt no sólo lo desprecia, también lo humilla. “Quise encomendarme a Dios, pero llamé y nadie contestó”, se burla Kowalski cuando el cura le pregunta por una situación de peligro que atraviesa el protagonista. Pero cuando ese párroco –de aspecto deliberadamente irlandés, como tantos personajes de Ford– se decide a dejar la monserga de la iglesia y le habla de igual a igual, dejando el púlpito y la sotana de lado, allí Kowalski lo deja entrar a su casa y le permite que lo llame Walt.

Hay mucho del último Ford, también, en la capacidad que tiene aquí Eastwood de reconocer al Otro, a aquel que supuestamente estaba en sus antípodas. Si Cartas de Iwo Jima, su perspectiva de la Segunda Guerra Mundial desde el punto de vista japonés, viene a ser su Cheyenne Autumn, donde Ford narraba la epopeya del indio perseguido, Gran Torino viene a reforzar esa intención de ponerse del otro lado del espejo, de ver con otros ojos, sin dejar nunca de ser él mismo.

También, simultáneamente, como Ford lo hizo en Un tiro en la noche y el propio Eastwood en La conquista del honor, Gran Torino se pregunta por la naturaleza del héroe, esa figura mítica y fundante del cine estadounidense. ¿Qué es un héroe? ¿De qué está hecho? ¿La violencia es inherente a sus actos? En Los imperdonables, Eastwood ya había esbozado algunas respuestas y aquí, cuando parece que va a repetirlas –hasta hay una despedida, en la barbería, que parece de western– de pronto el actor/director/personaje sorprende con una vuelta de tuerca que resignifica todo el conjunto.

Film sabio y sereno, Gran Torino –el título alude a un emblemático modelo ’72 de Ford que Kowalski atesora en su garaje y que será su legado, como si a su vez aludiera a la herencia que él recibió de John Ford– fue completamente ignorado en la última ceremonia del Oscar, para la que no consiguió ni una sola nominación. A diferencia del impostado dramatismo de Río Místico, por ejemplo, no es la clase de película que se gana el fervor de la Academia de Hollywood. Pero en su sencillez y laconismo, hay aquí madera de una nobleza que hará de Gran Torino uno de los títulos más icónicos y perdurables de Clint Eastwood.













22. Planet Terror
Director: Robert Rodríguez
Reparto: Freddy Rodríguez, Rose McGowan, Marley Shelton, Josh Brolin, Michael Biehn, Naveen Andrews, Michael Parks, Bruce Willis
País: Estados Unidos
Año: 2007

Planet Terror es el nombre de la otra cara del homenaje que Robert Rodríguez decidió hacerle al cine clase B y clase Z de los años ’70.

Con todas las características de una película de terror, pero con toques de humor negro, Planet Terror se trata de una de zombies, productos de una malformación por culpa de un extraño virus que azota a un pequeño pueblo. Frente a ellos, Cherry (una bailarina de striptease a la que le falta una pierna) y su ex-novio Wray (un mexicano demente) deberán tratar de salvarse aniquilando a quien haga falta.

Las actuaciones están a la altura de lo que requiere el argumento. Rose McGowan y Marley Shelton, hermosas actrices y firmes interpretaciones, Freddy Rodríguez lleva adelante un buen protagónico e incluso diría que Fergie realiza una sobria tarea.

Pese a ser levemente inferior a Death Proof, Planet Terror es el excelente complemento para cerrar este gran homenaje al formato de los antiguos Grindhouse.













23. No Country for Old Men
Directores: Joel Coen and Ethan Coen
Reparto: Tommy Lee Jones, Javier Bardem, Josh Brolin, Woody Harrelson, Kelly Macdonald, Garret Dillahunt, Tess Harper
País: Estados Unidos
Año: 2007

Con No Country for Old Men, los hermanos Coen vuelven a demostrar porque son de lo mejor a la hora de hablar de cine negro y agregan esta obra a su colección, al lado de grandes títulos como Blood Simple o Fargo, también de su autoría.

No Country for Old Men presenta la historia de Llewelyn Moss, un cazador texano que un día descubre por casualidad a unos hombres acribillados a balazos, un cargamento de droga y una maleta con dos millones de dólares. Nos muestra los intentos que hará Anton Chigurh, un natural born killer, para recuperar su dinero y las acciones que el sheriff Ed Tom Bell realizará para intentar atrapar (en vano) a Chigurh.

Con actuaciones muy firmes (Javier Bardem -con el segundo corte de pelo más ridículo para un villano, después de Sal en Dog Day Afternoon- se come la película y Tommy Lee Jones y Josh Brolin aportan lo suyo también), un suspenso que continuamente va en aumento y diálogos profundos que ya son una marca registrada de los Coen, No Country for Old Men se gana con justeza el título de clásico moderno.













24. Eastern Promises
Director: David Cronenberg
Reparto: Viggo Mortensen, Naomi Watts, Vincent Cassel, Armin Mueller-Stahl, Sinéad Cusack, Donald Sumpter
País: Reino Unido
Año: 2007

Este gran trabajo de Cronenberg era de esperarse, sobre todo después de demostrar en A History of Violence lo bien que sabe mostrar como director lo enredado, lo violento. Bastante más oscura, en Eastern Promises hay más violencia, pero menos gratuita que en la anterior obra.

Soberbia actuación de Viggo Mortensen (a quien le sientan muy bien este tipo de papeles) y de la preciosa Naomi Watts (en su rol de enfermera bondadosa y entrometida).

Una historia fluida, escenas increíbles (la pelea en el sauna entre Mortensen y los dos sicarios, ya es un clásico) y diálogos brillantes hacen de Eastern Promises un trabajo muy logrado.













25. El Aura
Director: Fabián Bielinsky
Reparto: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, Pablo Cedrón, Nahuel Pérez Biscayart, Jorge D’Elía, Alejandro Awada
País: Argentina
Año: 2005

Este segundo trabajo de Bielinsky es completamente diferente a su ópera prima, Nueve Reinas. Mucho más pausada, con diálogos más interesantes y personajes más complejos, El Aura se convierte en un gran exponente del cine negro.

Con un Darín que como siempre realiza una performance brillante, amoldado perfectamente a su rol de taxidermista epiléptico, una trama semejante al robo planeado en Reservoir Dogs (pero sin caer en el plagio) y una ambientación paradisíaca realizada en la Patagonia, El Aura se convierte en una de las mejores producciones nacionales en mucho tiempo.













26. The Score
Director: Frank Oz
Reparto: Robert de Niro, Edward Norton, Marlon Brando, Angela Bassett
País: Estados Unidos
Año: 2001

Una interesante película “seria” sobre robos, con una trama sencilla pero bien realizada. La historia nos cuenta a dos ladrones profesionales. Uno, en la etapa final de su carrera, el otro en la cresta de la ola. Ambos se unirán para realizar un robo único, un cetro de oro encerrado en la Aduana de Montreal. Sin embargo, esta sociedad no llegará a un buen destino.

Las actuaciones son lo principal a destacar. Edward Norton, genial en su doble papel de ladrón/empleado de limpieza con problemas mentales, Robert de Niro cumple como siempre y Marlon Brando nos entrega el último trabajo de su vida.

Con un final completamente sorprendente, es muy recomendable si te gustan las de ladrones, policías y grandes robos planificados.













27. 300
Director: Zack Snyder
Reparto: Gerard Butler, Lena Headey, David Wenham, Dominic West, Vincent Regan, Rodrigo Santoro, Michael Fassbender, Andrew Tieman, Andrew Pleavin, Tom Wisdom
País: Estados Unidos
Año: 2007

Gran adaptación de la novela gráfica de Frank Miller, sobre el famoso combate de las Termópilas, allá por el año 480 A.C. que enfrentó al numeroso ejército de los persas encabezados por su emperador Jerjes contra un valeroso y poderoso grupo de 300 guerreros espartanos.

Entre medio de ese espectáculo de sangre que es 300, hay una gran trama que conserva parte de la precisión histórica (aunque sin ser una réplica exacta), con momentos heroicos y siendo lo más fiel posible al cómic de Miller.

En resumen, muy buen montaje de viñetas de cómic llevadas al cine de gran manera.













28. The Departed
Director: Martin Scorsese
Reparto: Leonardo Di Caprio, Matt Damon, Jack Nicholson, Mark Wahlberg
País: Estados Unidos
Año: 2006

Martin Scorsese se adentra nuevamente en el mundo de los gángsters y como siempre, lo hace con un buen nivel. Con una historia oscura y compleja, buenos diálogos y violencia a la Scorsese, The Departed mantiene el suspenso y la acción durante toda la película.

Punto negativo en esta ocasión para la actuación. Martin querido, debiste darte cuenta que si buscabas realizar una película sobre la mafia del estilo de Goodfellas, debiste buscar a actores de otro estilo. Las interpretaciones no son malas, pero no del todo creíbles. Para este tipo de roles, Nicholson no es de Niro, Di Caprio no es Liotta y Damon no es Pesci.

Como conclusión, The Departed es una muy buena película que, sin estar al nivel de las obras maestras de Scorsese, como Mean Streets o Goodfellas, se acerca mucho a un cine de alto vuelo.













29. Road to Perdition
Director: Sam Mendes
Reparto: Tom Hanks, Paul Newman, Jude Law, Jennifer Jason Leigh, Stanley Tucci, Tyler Hoechlin, Daniel Craig
País: Estados Unidos
Año: 2002

Road to Perdition es una de las más grandes muestras del cine negro de la última década y al mismo nivel de los grandes clásicos del género. Con un gran guión, cuenta la historia de como un padre y su hijo huyen de unos mafiosos y la posterior venganza por parte de ellos para hacerles pagar todo el sufrimiento vivido.

Excelentes interpretaciones a cargo de Tom Hanks, muy bien en su rol de mafioso, Jude Law, quien cumple una labor regular y Paul Newman, quien nos regala su último papel.

Otra muy buena obra para agregar a la lista de grandes películas sobre la mafia.













30. Scoop
Director: Woody Allen
Reparto: Woody Allen, Scarlett Johansson, Hugh Jackman, James Nesbitt, Ian McShane, Romola Garai, Kevin McNally
País: Reino Unido
Año: 2006

Con Scoop, Woody Allen vuelve a reencontrarse con su verdadero amor, la comedia auténtica. Con diálogos muy divertidos y una trama bastante llevadera, Scoop pasa a engrosar la lista de comedias de Woody Allen junto a grandes títulos como Bananas o Manhattan.

La historia, que perfectamente podría ser descendiente de Annie Hall, se construye mediante las investigaciones que una joven estudiante de periodismo realiza sobre los homicidios de un asesino en serie para averiguar si el homicida es un miembro de la aristocracia inglesa. En estas investigaciones, el acompañante de ella será un graciosísimo mago y todo esto fomentado y supervisado por el fantasma de un periodista ya muerto.

La interpretación también es muy buena. Scarlett Johansson, hermosa como siempre, lleva adelante una genial actuación, Woody Allen cumple en su papel de mago y comediante y Hugh Jackman (quizás el más flojo de los tres) cumple una labor regular.

El señor Allen lo logró otra vez, esta vez con una obra que nos permite pasar agradable e inteligentemente un rato.