viernes, agosto 22, 2008

Confesión VI

Seguimos con esta sección de Persiana Americana, en la que voy a revelar ciertas cuestiones personales que son parte de mi vida cotidiana.

Esta vez voy a confesar que cuando viajo en colectivo, siempre me hago el boludo para no ceder el asiento en el que voy. Mis trampas más comunes son hacerme el distraído con alguna cosa, mirar concentrado hacia afuera por la ventanilla e incluso me he llegado a hacer el dormido.

5 comentarios:

SirThomas dijo...

Una actitud totalmente reprochable. Si esto que decís lo hacés en ocasiones, cuando el cansancio se hace sentir en tu cuerpo, bueno... una vez por mes, o cada dos meses, te la dejo pasar (?).

Yo soy de los que siempre ceden el asiento, aunque una vez por trimestre tomo tu misma actitud, aunque sin simular nada. Digo "Hoy me quedo sentado, viejo, no me jodan".

También depende un poco de lo que dure el viaje. Se me hace que por tu lugar de residencia cualquier viaje en bondi es "largo" (?). Si el viaje es más largo, se justifica un poco más.

Saludos.

maru dijo...

sirthomas, qué bueno que sos. Ojalá un día me cedas el asiento.

Yo a veces me hago la que leo concentrada. Si nadie se para me paro, pero por dentro puteo mucho

Beso

SirThomas dijo...

Bueno, cuando sea grande y mi cuerpo no resista estar mucho tiempo parado, ahí seguramente querré sentarme :P Pero por ahora, no tengo problemas en hacerlo. Siempre hay alguien que necesita más sentarse que uno (?).

Saludos Ramera.

Berrysand dijo...

A veces no tengo ganas de dar el asiento, y menos cuando hay una mujer que se cree que tirándose encima mío lo va a lograr.
Peor son las mujeres que te tiran los hijos encima, que se los ponen upa con tal de no pagar y cuando ellas van sentadas necesitan los dos asientos para estar...

igual, soy una pelotuda y siempre lo doy igual.

Belén dijo...

Por personas como vos (y los fanaticos de Paulina Rubio) el pais está como está.

Después nos quejamos...